Esteban Reales supo desde niño que su vida estaría signada por los descubrimientos para mejorar la vida de la gente
La necesidad conduce a la invención, a crear algo que no existía antes. Tiempo después aparece un objeto con características novedosas y transformadoras. Un método útil que el inventor, motivado por el altruismo y por una inquietud científica, desarrolla para mejorar algo.
Esteban Reales, un creador colombiano de 61 años nacido en Valledupar, confiesa que la curiosidad lo ha perseguido como su sombra desde niño. Cierto día juntó varias cornetas y cablecitos con los que armó un circuito electrónico pequeño. Entonces supo que sería ingeniero electrónico.
Tenía tres años cuando su padre murió. A partir de ese momento descubrió que con latas de sardinas, clavos, hilos y listones de madera podía hacer carritos con los que jugarían sus hermanos. “Siempre he querido subsanar cada necesidad que veo”.
Luego de terminar el bachillerato rechazó una beca para estudiar Física Nuclear en Rusia y decidió venir a Venezuela en 1973. “Salí de Colombia a Venezuela con una esperanza y mi amor por este país, inculcado por la familia y sin duda, fue lo mejor que hice”.
Esteban concluyó estudios de ingeniería electrónica a distancia, con la Universidad Popular Comunitaria. Durante ocho años trabajó para la Corporación Venezolana del Petróleo (Corpoven), en el Complejo de Refinería El Palito, estado Carabobo, donde tuvo a su cargo la dirección de Equipos de Instrumentación en Electrónica.
Esteban Reales, un creador colombiano de 61 años nacido en Valledupar, confiesa que la curiosidad lo ha perseguido como su sombra desde niño. Cierto día juntó varias cornetas y cablecitos con los que armó un circuito electrónico pequeño. Entonces supo que sería ingeniero electrónico.
Tenía tres años cuando su padre murió. A partir de ese momento descubrió que con latas de sardinas, clavos, hilos y listones de madera podía hacer carritos con los que jugarían sus hermanos. “Siempre he querido subsanar cada necesidad que veo”.
Luego de terminar el bachillerato rechazó una beca para estudiar Física Nuclear en Rusia y decidió venir a Venezuela en 1973. “Salí de Colombia a Venezuela con una esperanza y mi amor por este país, inculcado por la familia y sin duda, fue lo mejor que hice”.
Esteban concluyó estudios de ingeniería electrónica a distancia, con la Universidad Popular Comunitaria. Durante ocho años trabajó para la Corporación Venezolana del Petróleo (Corpoven), en el Complejo de Refinería El Palito, estado Carabobo, donde tuvo a su cargo la dirección de Equipos de Instrumentación en Electrónica.
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